miércoles, 12 de diciembre de 2007

Ve y oye en estado de muerte cerebral



El Dr. Michael Sabom es un cardiólogo cuyo último libro, Luz y Muerte incluye el detallado análisis médico y científico de la sorprendente experiencia de muerte clínica de una mujer llamada Pam Reynolds. Se sometió a una rara operación para extirparle del cerebro un aneurisma arterial basilar gigante que amenazaba su vida. El tamaño y la localización del aneurisma, sin embargo, impedía que pudiera ser extirpado usando las técnicas neuroquirúrgicas habituales. Fue enviada a un doctor pionero en una atrevida técnica quirúrgica, conocida como parada cardíaca hipotérmica. Permitía que el aneurisma de Pam fuera operado con un porcentaje razonable de probabilidades de éxito. Esta operación, apodada “pausa” por los doctores que la llevan a cabo, requería que la temperatura del cuerpo de Pam fuera rebajada a 60 ºF (15,55 ºC), sus latidos y respiración detenidos, que las ondas de su cerebro fueran planas, y se le extrajese la sangre de la cabeza. Eso es lo que normalmente se entiende por estar muerto. Tras extirpar el aneurisma, fue devuelta a la vida. En el tiempo que Pam estuvo “en pausa”, experimentó una experiencia de muerte clínica. Sus notablemente detalladas y verídicas observaciones extracorpóreas de la operación pudieron comprobarse posteriormente como muy exactas. Este caso se considera uno de los más sólidos de evidencia verídica en la investigación de las EMC, debido a su capacidad para describir los característicos instrumentos quirúrgicos y los especiales procedimientos empleados y poder hacerlo refiriéndose a un momento en el que la paciente estaba en muerte cerebral.



Cuando todas las constantes vitales de Pam se detuvieron, el doctor encendió una sierra quirúrgica y comenzó a cortar el cráneo de Pam. Mientras esto ocurría, Pam refiere haber sentido como salía de su cuerpo para levitar sobre la mesa de operaciones. Entonces observó a los doctores trabajando en su cuerpo sin vida durante un tiempo. Desde su posición extracorpórea, observó al doctor atravesando su cráneo con lo que le pareció un cepillo de dientes eléctrico. Pam oyó y contó más tarde lo que las enfermeras habían dicho en el quirófano y exactamente lo que estaba pasando durante la operación. En este punto, todos los instrumentos que monitorizaban el cuerpo de Pam indicaban “sin vida” de ningún tipo. En algún momento, la consciencia de Pam salió flotando del quirófano y viajó a través de un túnel que tenía una luz al final, donde sus parientes fallecidos y amigos la esperaban, entre ellos su abuela, muerta mucho antes. La EMC de Pam terminó cuando su tío difunto la condujo de vuelta a su cuerpo para que volviera a entrar en él. Pam comparó el sentimiento de entrar de nuevo en su cuerpo muerto a “saltar a una piscina de hielo”. Lo que sigue es el relato de la EMC de Pam Reynolds con sus propias palabras.

La EMC de Pam Reynolds
Lo siguiente que recuerdo es el sonido: Era una nota “D” Natural. Escuchaba el sonido, sentía que me sacaba por arriba de mi cabeza. Cuanto más salía de mi cuerpo, más claro se hacía el sonido. Tuve la impresión de que era como una carretera. Recuerdo haber visto varias cosas en el quirófano cuando miraba hacia abajo. Estaba lo más despierta que recuerdo haber estado en toda mi vida...Estaba metafóricamente sentada en el hombro del doctor. No era como ver normalmente. Era más brillante, enfocado y claro que la visión normal... ¡Había tantas cosas en la sala de operaciones que no reconocía... y tanta gente!

Pensé que la forma en que habían afeitado mi cabeza era muy peculiar. Esperaba que quitasen todo el pelo, pero no lo hicieron... El instrumento con forma de sierra cuyo sonido me disgustaba tanto parecía un cepillo de dientes eléctrico, y tenía una muesca, un resalte en la parte más alta donde la sierra parecía entrar en el asa, pero no era así..... Y la sierra tenía cuchillas intercambiables además, pero estaban en lo que parecía un maletín de herramientas... Oí la sierra arrancar. No vi que la usaran en mi cabeza, pero creo que la oí cortando sobre algo. Estaba zumbando a un tono relativamente alto y entonces de repente hizo ¡Brrrrrrrrr! por sorpresa.

Alguien dijo algo sobre que mis venas y arterias eran muy pequeñas. Creo que era una voz femenina y que era la doctora Murray, pero no estoy segura. Era la cardióloga. Recuerdo haber pensado que le debería haber hablado sobre eso... Recuerdo el pulmón-corazón artificial... Recuerdo un montón de herramientas e instrumentos que no reconocía fácilmente.

Tenía una sensación como de que tiraban de mí, pero no contra mi voluntad. Iba por mí misma porque quería. Tengo varias metáforas para intentar explicar esto. Era como el Mago de Oz, siendo aspirada por el ojo de un tornado, sólo que sin girar ni tener vértigo. Estaba muy serena y tenía un sitio a donde ir. La sensación era como subir en un ascensor muy rápido. Y había una sensación, pero que no era corporal, física. Era como un túnel pero no era un túnel.

En algún momento al comienzo del túnel me di cuenta de que mi abuela me llamaba. Pero no oí su llamada con los oídos... era más claro que con mis oídos. Confié en esa percepción más de lo que confío en mis propios oídos.

Mi sensación era que ella quería que me fuese con ella, así que seguí avanzando sin miedo. Era un tramo oscuro por el que iba, y justo al final de este túnel estaba aquél pequeñísimo punto de luz que seguía haciéndose más y más grande.
La luz era increíblemente brillante, como estar sentada dentro de una bombilla. Era tan brillante que me puse las manos completamente delante de la cara esperando verlas y no podía. Pero sabía que estaban ahí. Pero no por el sentido del tacto. De nuevo es extremadamente difícil explicarlo, pero sabía que estaban ahí... Me di cuenta de que a medida que empezaba a distinguir varias figuras en la luz (y estaban todas cubiertas de luz, eran luminosas y la luz se transparentaba alrededor de ellas) comenzaban a tomar formas que podía reconocer y comprender. Podía ver que una de ellas era mi abuela. No sé si era real o una proyección, pero reconocería a mi abuela y su timbre de voz en cualquier momento y lugar.

Todos los que vi, ahora que lo recuerdo, encajaban perfectamente en mi concepto del aspecto que tenía esa persona en el mejor momento de sus vidas.Reconocí a un montón de gente. Mi tío Gene estaba allí. También mi tía abuela Maggie, que era en realidad una prima. Por el lado de la familia de papá, mi abuelo estaba allí... Estaban concentrados en cuidar de mi, en ocuparse de mi.

No me dejaron avanzar más... Me fue comunicado (es la mejor manera que tengo de decirlo, porque ellos no hablaban como lo estoy haciendo ahora) que si seguía todo el camino hacia la luz me sucedería algo físicamente. Ellos no serían capaces de devolverme a mi cuerpo, como si hubiera ido demasiado lejos y ellos ya no pudieran reconectarme. Así que no me dejaban ir a ningún sitio o hacer nada. Yo quería ir hacia la luz, pero también quería regresar. Tenía niños de los que ocuparme. Era como ver una película avanzando rápidamente en el vídeo. Se coge la idea principal, pero los fotogramas no son lo bastante lentos como para ver los detalles.

Entonces ellos [los parientes muertos] me dieron de comer. No lo hacían a través de mi boca, como con comida, sino que me nutrían con algo. La única forma que tengo de explicarlo es algo burbujeante. Burbujas es la imagen que tengo. Recuerdo claramente la sensación de ser nutrida y alimentada y fortalecida. Sé que suena raro, porque obviamente no era una cosa física, pero la experiencia me hacía sentir fuerte, preparada para cualquier cosa.

Mi abuela no me trajo de vuelta por el túnel, ni me envió de vuelta o me pidió volver. Sólo me miró. Esperaba volver con ella, pero se me comunicó que ella no pensaba hacerlo. Mi tío dijo que él lo haría. El es quien me trajo de vuelta hasta el final del túnel. Todo iba bien, yo quería volver.

Pero entonces llegué al final del mismo y lo ví, mi cuerpo. No quería entrar en él... Tenía un aspecto horrible, como un accidente de trenes. Parecía como lo que estaba: muerto. Creo que estaba cubierto. Me asustó y no quería mirarlo.
Me fue comunicado que era como saltar a una piscina. Ningún problema, sólo salta directamente a la piscina. Yo no quería, pero supongo que iba con retraso o algo así, porque mi tío me empujó. Sentí que algo me repelía y al mismo tiempo mi cuerpo tiraba de mí. El cuerpo tiraba y el túnel empujaba...Fue como tirarse a una piscina de hielo.... ¡dolió!

Cuando volví, estaban tocando “Hotel California” y la letra decía “puedes salir cuando quieras, pero no puedes irte” Le dije más tarde al Dr. Brown que aquello era una falta de tacto y él me dijo que necesitaba dormir más [carcajada]. Cuando desperté todavía tenía el respirador.


A efectos prácticos bien establecidos, tres variables determinan por lo común la muerte cerebral. Primero, un electroencefalograma o EEG mide la actividad de las ondas cerebrales. Un EEG “plano” indica ausencia de actividad en el córtex cerebral, la capa más externa del cerebro. Segundo, las señales auditivas potenciales, similares a esos “clicks” reproducidos por los cascos de la operación de Pam, miden la viabilidad del tronco encefálico. La ausencia de estos potenciales indica la falta de funcionamiento del tronco encefálico. Y tercero, documentar una ausencia de flujo sanguíneo en el cerebro es un marcador que determina una ausencia generalizada de actividad en el cerebro.

Durante la “parada”, el cerebro de Pam estaba “muerto” según las tres variables clínicas, su electroencefalograma era plano, su tronco encefálico no respondía, y no había flujo sanguíneo en su cerebro. Curiosamente, mientras estaba en este estado, experimentó la más profunda EMC de todos los participantes en el estudio de Atlanta.
Algunos científicos teorizan que las EMC son producidas por la química del cerebro. Pero el Dr. Peter Fenwick, un neuropsiquiatra y la mayor autoridad en Gran Bretaña sobre las EMC, cree que estas teorías se quedan cortas para explicar los hechos.

En el documental "Into the Unknown: Strange But True," (Hacia lo desconocido: extraño pero cierto) el Dr. Fenwick describe el estado del cerebro durante una EMC:
"El cerebro no está funcionando. No está ahí. Ha sido destruido. Es anormal. Y sin embargo, puede producir estas experiencias muy claras... un estado inconsciente es cuando el cerebro deja de funcionar. Por ejemplo, si uno se desmaya, se cae al suelo, no sabe lo que pasa y el cerebro no está funcionando. Los sistemas relacionados con la memoria son especialmente sensibles a la inconsciencia. Así que no se recuerda nada. Y sin embargo, tras una de éstas experiencias [tipo EMC], la persona tiene recuerdos claros y lúcidos... Es un auténtico rompecabezas para la ciencia. Todavía no he visto ninguna buena explicación científica que pueda explicar este hecho."

Ver su testimonio en:
http://www.youtube.com/watch?v=7k2BoGwh900&NR=1

"La moderna tradición de identificar la muerte con una subsiguiente Nada ya puede ser abandonada. Porque no hay ninguna razón para creer que la muerte humana rompe la calidad del individuo en el universo.” - Dr. Larry Dossey.

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