jueves, 18 de septiembre de 2008

Puesta al día científica

Médicos de EE.UU e ingleses investigarán a 1.500 pacientes que 'volvieron de la muerte'

Europa Press - jueves, 18 de septiembre, 2008

LONDRES, 18 (OTR/PRESS) - Un grupo de 25 médicos de Estados Unidos y Reino Unido preparan el estudio más importante jamás realizado sobre experiencias de pacientes que 'volvieron de la muerte', es decir, que sufrieron un paro cardiaco temporal del que pudieron ser recuperados. En total examinarán a 1.500 personas que sobrevivieron a pesar de que su corazón dejó de latir. El estudio, que durará tres años y estará coordinado por la Universidad de Southampton, pretende confirmar lo que vivieron los pacientes: algunos afirman que vieron un túnel con una luz brillante al final, y otros se recuerdan mirando al personal médico que les asistía desde el techo de la sala.

El doctor Sam Parmia, que es el director del estudio, en declaraciones a la BBC recogidas por otr/press, afirma que si pueden demostrar que "la conciencia continúa trabajando después de que el cerebro se apague, es posible que la conciencia sea una entidad separada". "Es poco probable que encontremos muchos casos en lo que esto suceda, pero debemos ser de mente abierta". "Esto es un misterio, pero ahora podemos vincularlo a un estudio científico", agregó.

El estudio será llevado a cabo por un total de 25 médicos de distintos hospitales de Estados Unidos y Reino Unido, que examinarán las experiencias de 1.500 pacientes que 'volvieron de la muerte'. Estas son personas que sufrieron una parada cardiaca, cuyo corazón dejo de latir, pero se recuperaron. Algunos recuerdan un túnel con una luz brillante al final, otros recuerdan estar viendo al equipo médico que les atendía desde el techo de la sala en la que estaban, y ahora los médicos quieren intentar conocer la realidad.

LA MUERTE ES UN PROCESO

Parmia explicó que, "contrariamente a la percepción popular", la muerte no ocurre en un momento específico, sino que se trata de "un proceso que comienza cuando el corazón deja de latir, los pulmones dejan de funcionar y el cerebro se apaga". "Durante un paro cardiaco los tres elementos están presentes", pero entonces hay un "periodo de tiempo", que puede durar entre unos pocos segundos o varias horas, en el que los esfuerzos de los médicos pueden devolverle la vida al moribundo y revertir el proceso.

Así, el doctor cree que "lo que la gente experimenta durante ese periodo de parada cardiaca" puede ser una ventana que muestre lo que todos estamos propensos a experimentar "durante el proceso de la muerte". Ahora Parmia, junto con sus colegas, les mostrarán gran cantidad de fotos que sólo pueden ser vistas desde el techo para ver si los pacientes logran recordar lo que vivieron.

2010: Los resultados del estudio han sido publicados este año en un libro titulado "Evidence of the Afterlife" de Paul Perry (Pruebas de la vida después de la muerte)

12 comentarios:

Anónimo dijo...

HOLA A TODOS

LA VERDAD ME PARECE EXTRAÑO ESTE TIPO DE FENOMENOS Y SI EXISTE VIDA DESPUES DE LA MUERTE, LA PREGUNTA QUE LES HAGO ES ¿ PORQUE EN LA BIBLIA A LA MUERTE SE LE COMPARA CON UN SUEÑO? , ADEMAS SI EXISTE VIDA DESPUES DE LA VIDA, ENTONCES LA BIBLIA SE CONTRADICE O LE FALTA INFORMACION.



Citas biblicas donde se le compara a la muerte como un sueño.
En ninguna de estas citas biblicas que se detallan mas abajo, todas las personas resucitadas citadas en tales citas relatan que pasaron por experiencias omo las siguientes: ver un tunel y viajar por el mismo; escuchar una voz celestial que les dijo "Aun no te llega tu hora"; que vieron una luz al final del tunel; que vieron seres muy feos y espantosos que los pereseguian para hacerles daño y atormentarles; que se vieron salirse de cuerpo etc etc.
Las siguientes citas biblicas que tratan acerca de la resureccion son:
Mateo 9:18 al 26; Lucas 7: 11-17;
Juan 11: 1-44; Hechos 9:36-42; Hechos 20:7-12
Otras: Marcos 12:23; Lucas 14:14; Juan 5:29, 11 y 24; Hechos 26:23 etc.
Estas citas son tomadas de la biblia catolica "Dos habla Hoy", seccion Hechos 9 pag 1195 publicada en 1994.

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Anónimo dijo...

Para hablar de estos temas hay que diferenciar los conceptos de alma y espiritu

La diferencia que existe entre el alma y el espiritu.
El alma es sinonimo de ser viviente o persona viviente. El alma es destruible mas no inmortal como creen muchos.
Citas biblicas que demuestran que el alma es una persona o equivale a una persona viviente
Genesis 2:7; Job 33:6;Isaias 64:8;Hechos 17:25; diferencias entre el alma y el espiritu Fil 1:27; 1 Tes 5:23;Hebreos 4:12
Citas biblicas que avalizan que el alma es destruible Genesis 12:13, 17:14 19:19y20 Lucas 6:9; Marcos 3:4; Marcos 14:34 Lucas 17:33 y asi tenemos muchas citas biblicas que demuestran que la palabra "alma" equivale a una persona viviente o ser viviente con sentidos, tacto, olfato, extremidades, cabello etc y el espiritu es el alito o aliento de vida que es lo que nos da vida y permite que al estar durmiendo nuestro cuerpo no se muera, ademas nos permite estar en comunion con Dios, desarrollar ciertos dones como el de lenguas, de sanacion, de percepcion extrasensorial, de prediccion,etc, pero ha que tener cuidado porque tambien pueden ser engaños del maligno

continua

Anónimo dijo...

¿QUÉ es el espíritu santo? Ya en sus primeros versículos, la Biblia habla del espíritu santo —también llamado “la fuerza activa de Dios”— y dice que “se movía de un lado a otro sobre la superficie de las aguas” (Génesis 1:2). Por otra parte, al relatar el bautismo de Jesús, las Escrituras muestran a Dios en “los cielos” y al espíritu santo procediendo a “descender como paloma” sobre el Hijo (Mateo 3:16, 17). Además, Cristo se refirió al espíritu santo como “ayudante” (Juan 14:16).

Basándose en pasajes bíblicos como los anteriores, hay quienes llegan a la conclusión de que el espíritu santo es una persona de naturaleza espiritual, tal como lo son Dios, Jesús y los ángeles. Durante siglos, algunas de las iglesias más influyentes han atribuido personalidad al espíritu santo. Pero, a pesar del arraigo de esta doctrina, muchos feligreses se encuentran hoy confundidos y hasta llegan a discrepar de sus guías religiosos. Por ejemplo, en una encuesta reciente, el 61% de los entrevistados aseguraron que el espíritu santo “no es un ser vivo, sino un símbolo de la presencia o el poder de Dios”. Ahora bien, ¿qué enseña la Biblia?


¿Qué dice la Biblia?
Todo el que haga una lectura honrada de los textos bíblicos notará que lo que estos dicen no encaja con las descripciones eclesiásticas del espíritu santo como persona. Pensemos en algunos pasajes de las Escrituras.

1. La Biblia dice que cuando María, la madre de Jesús, fue a visitar a su prima Elisabet (o Isabel), que estaba embarazada, la criatura saltó en su vientre “y Elisabet se llenó de espíritu santo” (Lucas 1:41). ¿Le parece lógico afirmar que una persona “se llenó” de otra?

2. Cuando Juan el Bautista reveló a sus discípulos que Jesús lo iba a reemplazar, dijo: “Yo, por mi parte, los bautizo con agua [...]; pero el que viene después de mí es más fuerte que yo, y no soy digno de quitarle las sandalias. Ese los bautizará con espíritu santo” (Mateo 3:11). Como Juan indicó que Jesús bautizaría a algunos con espíritu santo, es obvio que dicho espíritu no podía ser una persona.

3. Durante la visita que hizo a un oficial del ejército romano y su familia, el apóstol Pedro mencionó que Dios había ungido a Jesús “con espíritu santo y poder” (Hechos 10:38). Al rato, “el espíritu santo cayó sobre” los miembros de la casa de este oficial. El relato agrega que muchos se asombraron “porque la dádiva gratuita del espíritu santo también estaba siendo derramada sobre gente de las naciones” (Hechos 10:44, 45). Nuevamente, el lenguaje que se emplea no respalda la idea de que el espíritu santo sea una persona.

En muchas ocasiones, la Palabra de Dios personifica, o presenta como personas, a cosas que no lo son, como la sabiduría, el discernimiento, el pecado, la muerte y la bondad inmerecida (Proverbios 8:1–9:6; Romanos 5:14, 17, 21; 6:12). El propio Jesús dijo que “la sabiduría queda probada justa por todos sus hijos”, es decir, por los buenos resultados que produce (Lucas 7:35). Obviamente, la sabiduría no es una persona con hijos de carne y hueso. De igual modo, el espíritu santo no es un ser vivo aunque en ocasiones aparezca personificado

continua

Anónimo dijo...

¿Qué es el espíritu santo?
En la Biblia se identifica al espíritu santo como el poder de Dios en acción. Por ello, una traducción fiel del texto hebreo de las Escrituras se refiere a dicho espíritu como “la fuerza activa de Dios” (Génesis 1:2). Este concepto encuentra amplio apoyo en toda la Biblia (Miqueas 3:8; Lucas 1:35; Hechos 10:38).

En contra de la opinión generalizada, Dios no está presente al mismo tiempo en todos los lugares. Más bien, vive en el mundo espiritual, en “el lugar establecido de [su] morada” (1 Reyes 8:39; 2 Crónicas 6:39). Las Escrituras también dicen que reside y tiene su “trono” en un lugar concreto (1 Reyes 22:19; Isaías 6:1; Daniel 7:9; Revelación [Apocalipsis] 4:1-3). No obstante, desde ese “lugar establecido de [su] morada” emplea su fuerza activa para llegar hasta el último rincón del mundo físico y del espiritual (Salmo 139:7).

En 1879, el biblista Charles L. Ives ilustró con maestría la capacidad que Dios tiene de ejercer su poder desde el lugar que ocupa. Escribió: “Por ejemplo, nosotros decimos: ‘Abre las contraventanas para que entre el sol en la habitación’. No nos referimos al cuerpo celeste, el Sol, sino a la radiación solar, los rayos procedentes del Sol”. Así mismo, Dios no tiene que viajar a cada sitio donde va a usar su fuerza activa. Sencillamente se vale de su espíritu santo, con el que puede alcanzar hasta los puntos más lejanos de su creación. En fin, ver al espíritu santo como lo que es —la poderosa fuerza activa de Dios— nos llena de confianza en que Jehová cumplirá sus promesas

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Anónimo dijo...

GERTRUDE, predicadora pentecostal, se aferraba a su creencia de un infierno ardiente. Cualquier alusión a que dicho lugar no existiera ofendía su sentido de justicia. Pensaba que sin las llamas del infierno, muchos crímenes horribles quedarían impunes. Y no tenía ninguna intención de cambiar su postura, pues decía: “No quisiera adorar a Dios si no hubiera un infierno de fuego para los inicuos”.
¿Arderá la gente mala en el infierno como enseñan muchas religiones? Y si no es así, ¿qué castigo recibirán?
El primer castigo divino
La Biblia enseña que Dios creó perfectos a nuestros primeros padres, Adán y Eva (Génesis 1:27; Deuteronomio 32:4). Los puso en un jardín paradisíaco y les dio la oportunidad de vivir para siempre. Sin embargo, debían respetar esta restricción impuesta al hombre: “De todo árbol del jardín puedes comer hasta quedar satisfecho. Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque en el día que comas de él, positivamente morirás” (Génesis 2:16, 17).
Lamentablemente, ellos no pasaron aquella sencilla prueba de lealtad y obediencia, y el Creador no tuvo más remedio que sentenciarlos a muerte. “Con el sudor de tu rostro comerás pan hasta que vuelvas al suelo, porque de él fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo volverás.” (Génesis 3:19.)
Si Adán y Eva hubieran estado en peligro de quemarse en el infierno, ¿no les habría advertido Dios? No obstante, él ni siquiera insinuó que sufrirían después de morir. ¿Cómo iban a sufrir si no tenían un alma inmortal que sobreviviera a la muerte? La Biblia dice claramente: “El alma que peca... ella misma morirá” (Ezequiel 18:4).*
Por ser el Dador de la vida, nuestro Creador sabe todo cuanto hay que saber respecto a la vida y la muerte. Él nos dice en su Palabra que “los muertos [...] no tienen conciencia de nada en absoluto” (Eclesiastés 9:5). Por eso era imposible que Adán y Eva sufrieran en un infierno ardiente al morir. Sencillamente volvieron al polvo y dejaron de existir, pues ya no tenían “conciencia de nada en absoluto”.

Anónimo dijo...

Continuacion el comentario anterior

¿Hay sufrimiento después de la muerte?
La Biblia dice en Romanos 5:12: “Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y la muerte mediante el pecado, y así la muerte se extendió a todos los hombres”. Por lo tanto, ¿es razonable creer que las personas pagan por sus pecados en el infierno, cuando Adán —el culpable de que todos muramos— simplemente se convirtió en polvo? (1 Corintios 15:22.)
Todo ser humano está sujeto a la misma ley que Adán: “El salario que el pecado paga es muerte”. Además, cuando muere, queda “absuelto de su pecado” (Romanos 6:7, 23). Pero si tanto los buenos como los malos tienen el mismo final y nadie sufre tras la muerte, ¿cómo se ocupará Dios de hacer justicia?
“Los muertos [...] no tienen conciencia de nada en absoluto.” (Eclesiastés 9:5)


La justicia divina
El propósito de Dios para la humanidad obediente no ha cambiado desde que creó a la primera pareja y les mandó tener hijos y cuidar de la Tierra (Génesis 1:28). Su voluntad sigue siendo la misma, pues siglos más tarde declaró: “Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella” (Salmo 37:29).
Observe que los justos vivirán en la Tierra y gozarán de salud y felicidad perfectas. El propósito original de Dios de llenar el planeta de personas justas “tendrá éxito seguro”. Y se cumplirá cuando él reemplace este inicuo sistema de cosas con un nuevo mundo (Isaías 55:11; Daniel 2:44; Revelación [Apocalipsis] 21:4).
Los miles de millones de personas que han muerto sin conocer los requisitos divinos resucitarán y recibirán instrucciones para vivir en el nuevo mundo (Isaías 11:9; Juan 5:28, 29). Sin embargo, quienes no deseen regirse por las leyes divinas serán castigados con “la muerte segunda”, es decir, una muerte de la cual no despertarán jamás (Revelación 21:8; Jeremías 51:57).
Por ser un Dios de amor, es inconcebible que Jehová torture a las personas en un infierno de fuego (1 Juan 4:8). Pero tampoco tolerará la maldad para siempre. De ahí que Salmo 145:20 nos asegure que él “está guardando a todos los que lo aman, pero a todos los inicuos los aniquilará”. No cabe duda de que Jehová es un Dios amoroso y justo.
¿SE LO HA PREGUNTADO?
 ¿Tenemos un alma inmortal? (Ezequiel 18:4.)
 ¿En qué estado se encuentran los muertos? (Eclesiastés 9:5.)
 ¿Cómo castigará Dios a los malvados? (Salmo 145:20.)
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* En la Biblia, “alma” significa toda la persona, no algo separado del cuerpo. Génesis 2:7 dice: “Jehová Dios procedió a formar al hombre del polvo del suelo y a soplar en sus narices el aliento de vida, y el hombre vino a ser alma viviente”. Como se ve, Adán no recibió un alma independiente del cuerpo, sino que él mismo era un alma viviente

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Anónimo dijo...

El gran misterio
Aunque nadie niega la certeza de la muerte, lo que haya después sí constituye un gran interrogante. Las múltiples explicaciones contradictorias hacen que los escépticos consideren el asunto un debate inútil sobre lo desconocido. La persona pragmática tal vez concluya que, puesto que “sólo se vive una vez”, debemos aprovechar la vida al máximo.
También hay quienes rehúsan creer que la muerte le ponga fin a todo, pero no tienen una idea clara de qué ocurre después. Algunos suponen que la vida continúa en un lugar de dicha eterna, mientras que otros sostienen que volverán a vivir en un futuro, quizás siendo otra persona.
Sea como sea, los dolientes siempre se preguntan: “¿Dónde están los muertos?”. Hace años, los integrantes de un equipo de fútbol se dirigían a cierto lugar para participar en un encuentro deportivo cuando un camión chocó contra el minibús en el que viajaban, haciendo que se volcara y se saliera de la carretera. Cinco de los jugadores murieron. Desde entonces, la madre de uno de ellos ha dejado prácticamente de vivir y no cesa de preguntarse dónde estará su hijo. Visita con frecuencia la tumba y pasa horas hablando con él en voz alta. “Tiene que haber algo más después de la muerte, pero en realidad no sé lo que es”, se lamenta
Es obvio que la actitud que tengamos hacia la muerte puede influir en nuestra vida. En vista de las reacciones de los seres humanos ante la tragedia de la muerte, se suscitan varias preguntas. Le invitamos a pensar en cómo las respondería usted. ¿Convendría sencillamente olvidarnos de la muerte y concentrarnos en vivir? ¿Deberíamos dejar que la constante amenaza de la muerte nos amargara la existencia? ¿Tienen los dolientes que pasarse toda la vida preguntándose dónde estará el ser amado que ha fallecido? ¿Debe la muerte seguir siendo un misterio?
Las Escrituras explican con claridad qué es la muerte. Además, no solo revelan por qué morimos, sino que dan a conocer el estado en que se hallan los muertos y ofrecen esperanza para nuestros seres amados que han fallecido. Por último, hablan de un tiempo memorable en que será posible anunciar: “La muerte es tragada para siempre” (1 Corintios 15:54).
La Biblia explica qué es la muerte de manera sencilla, sin misterios. Por ejemplo, repetidas veces la compara a ‘dormirse’, y dice que los difuntos están “durmiendo en la muerte” (Salmo 13:3; 1 Tesalonicenses 4:13; Juan 11:11-14). También la llama un “enemigo” (1 Corintios 15:26). Y más importante aún, la Biblia nos permite comprender por qué la muerte se asemeja al sueño, por qué aflige a la humanidad y cómo se derrotará al fin a este enemigo.
¿Por qué morimos?
El primer libro de la Biblia relata que Dios hizo al primer hombre, Adán, y lo colocó en un paraíso (Génesis 2:7, 15). Desde el principio, el Creador le asignó trabajo y le prohibió estrictamente una sola cosa. Con respecto a cierto árbol del jardín de Edén, le mandó: “No debes comer de él, porque en el día que comas de él, positivamente morirás” (Génesis 2:17).* Así pues, Adán sabía que la muerte no era algo inevitable, sino más bien el resultado directo de desobedecer una ley divina.
La desobediencia de Adán y Eva condujo a la muerte
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Anónimo dijo...

Por desgracia, Adán y su esposa, Eva, desobedecieron; pasaron por alto la voluntad de su Creador y pagaron las consecuencias. “Polvo eres y a polvo volverás”, dijo Dios refiriéndose a los efectos de su pecado (Génesis 3:19). Se hicieron gravemente defectuosos, imperfectos. Esa imperfección, o estado pecaminoso, los conduciría a la muerte.
La primera pareja pasó dicho defecto —el pecado— a sus descendientes, la entera raza humana, como si de una enfermedad hereditaria se tratara. Adán no solo perdió la oportunidad de vivir una vida libre del azote de la muerte, sino que también transmitió la imperfección a su prole. La familia humana llegó a ser rehén del pecado. La Biblia explica: “Por eso, así como por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y la muerte mediante el pecado, y así la muerte se extendió a todos los hombres porque todos habían pecado” (Romanos 5:12).
“El pecado entró en el mundo”
Tal defecto hereditario, o pecado, no es observable a través del microscopio. “Pecado” es la deficiencia moral y espiritual que hemos heredado de nuestros primeros padres, y conlleva efectos físicos. No obstante, la Biblia revela que Dios ha proporcionado un remedio. El apóstol Pablo expresa: “El salario que el pecado paga es muerte, pero el don que Dios da es vida eterna por Cristo Jesús nuestro Señor” (Romanos 6:23). Y en su primera carta a los Corintios añade una garantía que para él era muy importante: “Así como en Adán todos están muriendo, así también en el Cristo todos serán vivificados” (1 Corintios 15:22).
Evidentemente, Jesucristo desempeña un papel clave en la eliminación del pecado y la muerte. Él dijo que había venido a la Tierra “para dar su alma en rescate en cambio por muchos” (Mateo 20:28). La situación es comparable a la que se produce en un secuestro, en el que la liberación del rehén sólo es posible mediante el pago de una suma específica. En nuestro caso, el rescate que puede redimirnos del pecado y la muerte es la vida humana perfecta de Jesús (Hechos 10:39-43).#
Dios mandó a Jesús a la Tierra para que sacrificara su vida y así pagara el precio del rescate. “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe [...] tenga vida eterna.” (Juan 3:16.) Cristo dio “testimonio acerca de la verdad” antes de entregar su vida en sacrificio, y durante su ministerio público se valió de ciertos sucesos para revelar la verdad sobre la muerte (Juan 18:37).
“La muchachita [...] duerme”
Jesús conoció perfectamente lo que era la muerte cuando estuvo en la Tierra. Sintió el dolor de perder a personas cercanas y sabía muy bien que él mismo moriría de forma prematura (Mateo 17:22, 23). Pocos meses antes de su ejecución murió su buen amigo Lázaro. Lo que sucedió entonces nos permite comprender mejor la opinión de Jesús sobre la muerte.
Tras enterarse del fallecimiento, Jesús dijo: “Nuestro amigo Lázaro está descansando, pero yo me voy allá para despertarlo del sueño”. Los discípulos supusieron que si solo estaba descansando, pronto se repondría. Fue entonces cuando les declaró abiertamente: “Lázaro ha muerto” (Juan 11:11-14). Es obvio que Jesús sabía que la muerte era como un sueño. Aunque nos cuesta trabajo comprender la naturaleza de la muerte, sí entendemos lo que es el sueño. Durante una buena noche de descanso no nos damos cuenta del tiempo que transcurre ni de lo que pasa a nuestro alrededor, pues nos sumimos en un estado de inconsciencia temporal. Ese es justamente el estado en el que la Biblia dice que se hallan los muertos. Eclesiastés 9:5 afirma: “En cuanto a los muertos, ellos no tienen conciencia de nada en absoluto”.
Jesús tomó de la mano a la niña muerta, y ella se levantó

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Anónimo dijo...

Jesús también comparó la muerte con el sueño porque uno puede despertar de ella gracias al poder divino. En cierta ocasión visitó a una familia cuya hija acababa de fallecer, y aseguró a los desconsolados padres: “La muchachita no ha muerto, sino que duerme”. Luego la tomó de la mano, y ella “se levantó”, es decir, se levantó de entre los muertos (Mateo 9:24, 25).
Jesús también devolvió la vida a Lázaro, pero antes de realizar dicho milagro consoló a Marta, la hermana del difunto, con estas palabras: “Tu hermano se levantará”. Ella replicó sin dudarlo: “Yo sé que se levantará en la resurrección en el último día” (Juan 11:23, 24). Es obvio que Marta abrigaba la esperanza de que todos los siervos de Dios serían resucitados en una fecha futura.
Ahora bien, ¿qué hemos de entender exactamente por resurrección? El término griego para “resurrección” (a•ná•sta•sis) significa literalmente “alzamiento”, y denota la acción de levantarse de entre los muertos. La idea tal vez les parezca increíble a algunas personas; sin embargo, cuando Jesús habló de que los muertos oirían su voz, dijo: “No se maravillen de esto” (Juan 5:28). Las resurrecciones que Jesús mismo llevó a cabo en la Tierra nos infunden confianza en la promesa bíblica de que los muertos que Dios guarda en su memoria despertarán de su largo “sueño”. Revelación (o Apocalipsis) 20:13 predice: “El mar entregó los muertos que había en él, y la muerte y el Hades [el sepulcro común de la humanidad] entregaron los muertos que había en ellos”.
¿Se les devolverá la vida a los muertos solo para que vuelvan a envejecer y morir, como le pasó a Lázaro? No, eso no es lo que Dios se propone. La Biblia nos asegura que llegará el día en que “la muerte no será más”, de modo que nadie envejecerá y luego morirá (Revelación 21:4).
La muerte es un enemigo. El género humano tiene muchos otros enemigos en común, como la enfermedad y la vejez, que también causan gran sufrimiento. Dios promete vencerlos a todos, y al final dictará sentencia contra el mayor enemigo de la humanidad. “Como el último enemigo, la muerte ha de ser reducida a nada.” (1 Corintios 15:26.)
Cuando se cumpla esta promesa, los seres humanos gozarán de vida perfecta, sin que el pecado y la muerte puedan malograrla. Mientras tanto, nos consuela saber que nuestros seres queridos que han muerto están descansando y que, si Dios los tiene en su memoria, serán resucitados al debido tiempo.
Comprender qué es la muerte le da sentido a la vida
Comprender con claridad qué es la muerte y qué esperanza existe para los difuntos puede cambiar nuestra visión de la vida. Ian, citado en el artículo anterior, aprendió lo que la Biblia dice sobre la muerte cuando tenía más de 20 años. “Siempre tuve la leve esperanza de que mi padre estuviera en algún lugar —relata—. De modo que cuando aprendí que estaba dormido en la muerte, me sentí desilusionado al principio.” No obstante, cuando Ian leyó la promesa de Dios de resucitar a los muertos, rebosó de alegría al saber que volvería a ver a su padre. “Por primera vez en la vida me sentí tranquilo”, recuerda. Entender qué es la muerte le produjo una profunda paz interior.
Clive y Brenda perdieron a su hijo de 21 años, llamado Steven, en el fatal accidente de tránsito mencionado en el artículo anterior. Aunque sabían lo que la Biblia dice sobre la muerte, la súbita pérdida les destrozó el corazón. Después de todo, la muerte es un enemigo, y su aguijón causa mucho dolor. El conocimiento bíblico que tenían sobre el estado de los muertos fue aliviando la pena. Brenda dice: “Saber lo que es la muerte nos ha permitido rehacer nuestras vidas y seguir adelante. Pero no pasa un solo día sin que pensemos en el momento en que Steven despertará de su profundo sueño”.

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Anónimo dijo...

“Muerte, ¿dónde está tu aguijón?”
Está claro que comprender la condición en la que se encuentran los muertos nos ayuda a adquirir un punto de vista equilibrado sobre la vida. La muerte no tiene por qué ser un misterio. Podemos disfrutar de nuestra existencia sin sentir un temor malsano por este enemigo que nos acecha. Y saber que la muerte no nos arranca la vida para siempre extingue en nosotros todo afán de vivir para los placeres creyendo que “la vida es muy corta”. Nos consuela saber que nuestros seres queridos que están durmiendo en la muerte descansan en la memoria de Dios aguardando la resurrección, esperanza que, a su vez, nos da fuerzas para seguir viviendo.
En efecto, podemos mirar confiados al futuro, al día en que Jehová Dios, el Dador de la vida, sepulte a la muerte para siempre. Imagínese qué gran bendición será preguntar: “Muerte, ¿dónde está tu victoria? Muerte, ¿dónde está tu aguijón?” (1 Corintios 15:55).
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* Esta es la primera alusión bíblica a la muerte.
# El precio del rescate era una vida humana perfecta porque eso fue lo que Adán perdió. Como el pecado contaminó a toda la humanidad, ningún ser humano imperfecto servía de rescate. Por ese motivo Dios envió a su Hijo desde el cielo (Salmo 49:7-9). Hallará más información sobre este tema en el capítulo 7 del libro El conocimiento que lleva a vida eterna, editado por los testigos de Jehová.
Muchos esperan el tiempo en que sus seres queridos que han muerto despierten del sueño, como el caso de Lázaro



¿ QUE NOS SUCEDE AL MORIR?

NUNCA fue el deseo de Jehová Dios que sus hijos humanos murieran (Romanos 8:20, 21). De hecho, la primera vez que le habló de la muerte a Adán, no le dijo que esta sería su fin natural, sino el castigo por desobedecerle (Génesis 2:17). Adán sabía muy bien qué era la muerte, pues había visto morir a los animales.
Adán pecó, y pagó el precio por ello cuando murió a los 930 años (Génesis 5:5; Romanos 6:23). Como resultado de su desobediencia fue repudiado como miembro de la familia de Dios; en efecto, dejó de ser hijo de Dios (Deuteronomio 32:5). En cuanto a las trágicas consecuencias para la humanidad, la Biblia reconoce: “Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y la muerte mediante el pecado, y así la muerte se extendió a todos los hombres” (Romanos 5:12).

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Anónimo dijo...

¿Qué le sucede al pensamiento?
La Biblia también dice: “Hay un suceso resultante respecto a los hijos de la humanidad y un suceso resultante respecto a la bestia, y ellos tienen el mismo suceso resultante. Como muere el uno, así muere la otra; y todos tienen un solo espíritu, de modo que no hay superioridad del hombre sobre la bestia, porque todo es vanidad. Todos van a un solo lugar. Del polvo han llegado a ser todos, y todos vuelven al polvo” (Eclesiastés 3:19, 20). ¿Qué significan estas palabras?
La expresión “vuelven al polvo” nos recuerda la declaración de Dios al primer hombre: “Polvo eres y a polvo volverás” (Génesis 3:19). Es decir, tanto los humanos como los animales somos seres físicos; no somos espíritus que simplemente habitemos en un cuerpo de carne y hueso. Por consiguiente, nuestras facultades mentales no pueden sobrevivir a la destrucción del cuerpo. De quien muere, la Biblia asegura: “Sale su espíritu, él vuelve a su suelo; en ese día de veras perecen sus pensamientos” (Salmo 146:4).
“Sale su espíritu, él vuelve a su suelo; en ese día de veras perecen sus pensamientos.”
(Salmo 146:4)
Pero si eso es lo que ocurre, ¿en qué estado se encuentran los muertos? La Palabra de Dios da una respuesta clara: “Los vivos tienen conciencia de que morirán; pero en cuanto a los muertos, ellos no tienen conciencia de nada en absoluto” (Eclesiastés 9:5). En lugar de ser como un amigo que nos recibe con los brazos abiertos a una mejor vida, la muerte es, según la Biblia, “el último enemigo”, pues trunca nuestra existencia (1 Corintios 15:26; Eclesiastés 9:10). ¿Quiere decir eso que no hay ninguna esperanza para los que han fallecido?
Buenas noticias
Para millones de personas, la muerte es como un sueño del que despertarán. En cierta ocasión, hablando de un amigo que había muerto, Jesús dijo a sus discípulos: “Nuestro amigo Lázaro está descansando, pero yo me voy allá para despertarlo del sueño”. De camino a la tumba conmemorativa, halló una multitud que lloraba. Al llegar, ordenó que abrieran la tumba y gritó con voz fuerte: “¡Lázaro, sal!”. Y el hombre, que llevaba muerto cuatro días, salió (Juan 11:11-14, 39, 43, 44). Puesto que el cuerpo de Lázaro ya se estaba descomponiendo, Jesús demostró al resucitarlo que Dios recuerda absolutamente todo de los muertos: su personalidad, su memoria y su aspecto físico. Él tiene el poder de devolverlos a la vida. Jesús afirmó: “Viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán [mi] voz y saldrán” (Juan 5:28, 29).
Y eso no es todo, pues las Escrituras prometen que, “como el último enemigo, la muerte ha de ser reducida a nada” (1 Corintios 15:26). Jamás volverá a haber personas desconsoladas camino a un cementerio para dar sepultura a un ser amado. “La muerte no será más”, nos garantiza la Biblia (Revelación [Apocalipsis] 21:4). ¿No le parece que el punto de vista bíblico sobre lo que nos sucede al morir es un gran consuelo?
¿SE HA PREGUNTADO...
... si los muertos están conscientes? (Eclesiastés 9:5.)
... si hay alguna esperanza para ellos? (Juan 5:28, 29.)

Mediten en estos comentarios

Pilar Gutiérrez Vallejo dijo...

Gracias por su aportación y le contesto con los testimonios de este mismo blog: los muertos SI están conscientes, mucho más que en vida (mortal) y, como Vd. bien dice, SI hay esperanza para ellos (para todos!) por la Redención de Cristo.